La Directora de Asuntos Públicos, Paula Schuster, pone en eje las políticas económicas que debe y deberá afrontar el gobierno Argentino, teniendo en cuenta el contexto actual.
Para muchos de los países de la región el 2021, es un año para dejar en el olvido. Mínima reactivación económica, inflación, dólar, elecciones, pandemia, pobreza. Gobiernos desgastados políticamente.
Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Uruguay, Perú, México, entre otros, presentan para éste 2022 grandes desafíos.
El 2021 terminó marcado por las contiendas electorales de muchos de los países de la región que reconfiguran el mapa geopolítico, la incertidumbre e inestabilidad económica que atravesó y atraviesa, en mayor o menor medida, toda América Latina y el devenir de la pandemia que no cesa.
Este 2022, encuentra a la región en un momento de incertidumbre y crisis económica que la enfrenta a enormes desafíos. Por un lado, tenemos las consecuencias económico-sociales que la pandemia profundizó con la desacertada gestión por parte de los gobernantes, por otro, la demanda pública por más transparencia, resolución a los conflictos y generación de empleo por parte de los gobiernos y, finalmente, dos elecciones determinantes: Colombia y Brasil.
El panorama económico está difícil en toda Sudamérica, pero ¿Qué pasa en Argentina?
Argentina cerró un año complicado y abrió otro con grandes interrogantes. No solo en materia económica, como por ejemplo la necesidad de cerrar un acuerdo de refinanciación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), muy importante por cierto ya que le podría “dar aire” al país para iniciar un proceso de recuperación económica, asegurar un clima de estabilidad cambiaria e inflacionaria, generar incentivos de inversión, y algo más de previsibilidad, a pesar de que dicho acuerdo no sea garantía para generar todo lo antes mencionado. ¿Es un enorme desafío? Sí, no hay dudas.
La situación económica en el país se resume en las cifras. Según los últimos datos oficiales, el 40,6% de los argentinos son pobres, es decir cuatro de cada 10 habitantes y el 10,7% indigentes. La tasa de desempleo, que está apenas por debajo del 10%, encubre mucho empleo informal, y de bajos ingresos. Los salarios de los empleados y los ingresos de los pequeños trabajadores independientes han perdido poder de compra en una economía con persistente alta inflación, y que los relevamientos privados proyectan alcanzará este 2022 al 55%. También tiene como desafío, no sólo seguir bajando la actual tasa de desempleo (8,2 %) sino, además, mejorar las condiciones del mercado laboral.
Todo en un contexto en el que el Gobierno se encuentra renegociando la deuda externa con el FMI, con una gran debilidad política y en el que otra vez comenzaron a subir los casos de Covid-19.
Más allá de los retos económicos, toda la dirigencia política de Argentina se enfrentará este 2022 al desafío de dialogar para llegar a consensos en un escenario que ha cambiado tras las elecciones legislativas de 2021, que dejaron a un oficialismo sin mayoría absoluta, pero sobre todo deberán detenerse a escuchar a la sociedad sobre los temas que más los inquieta y la incertidumbre sobre un futuro que no los deja dormir.
Paula Schuster
Directora de Asuntos Públicos
BCW Argentina