Si no sos amante de las playas, te brindamos una lista de sitios confeccionada por guías locales sobre los destinos secretos y poco conocidos de las sierras cordobesas.
En estas vacaciones del verano 2022 es probable que muchas personas no quieran irse a las playas de la Costa Atlántica. Hay turistas que prefieren disfrutar más de los paisajes, la naturaleza y de la tranquilidad que ofrecen lugares turísticos para visitar en Argentina como los son Córdoba, San Luis o Mendoza. Allí, las montañas y sierras se amalgaman de forma armónica con los ríos, lagunas, valles y otros accidentes geográficos de ensueño.
En este recorrido turístico sobre destinos ideales para vacacionar en Argentina, te presentamos una guía de los lugares más hermosos de la provincia de Córdoba y que están escondidos en la extensión de ese territorio.
1-Pueblo Escondido
Allá, erigido sobre el Cerro Áspero, en el límite con la provincia de San Luis, está Pueblo Escondido. Se trata de un pueblo minero abandonado que se construyó a finales del siglo XIX. Tras casi 30 años de abandono, en 1995 los gobiernos provinciales restauraron los caminos e instalaciones para ser destinados al turismo.
Para llegar a este sitio detenido en el tiempo, se debe ir desde la localidad puntana de Merlo y luego hay que bajar del vehículo y hacer algunos kilómetros caminando. Según un usuario de TripAdvisor, para llegar a Pueblo Escondido – que está a 30 kilómetros de la ciudad de Merlo-, hay que ir en auto hasta el puesto del Tono (22 km) y de ahí seguir a pie, donde el mismo sendero te lleva a destino.

También se puede llegar desde Córdoba, por la localidad de La Cruz, por una ruta que solo se puede recorrer en camioneta 4×4. Otro camino es por Merlo, por ruta pavimentada hasta llegar al Filo Serrano, y luego 5 km por camino de ripio hasta llegar al Puesto El Tono, donde hay que pagar para atravesar su propiedad.
Los paisajes desde las sierras de los Comechingones son preciosas. También es posible visitar el Salto del Tigre, que tiene 22 metros de altura y cae sobre un magnífico cuero de agua.

Según detalló Gamboa, pasar un día en Pueblo Escondido “es un viaje en el tiempo, ya que todavía conserva el espíritu de la época”. Además, consideró que es posible “disfrutar de su microclima, ríos, cascadas ocultas, árboles de tabaquillos y la tranquilidad que abunda en la zona, es un placer para los cinco sentidos”.
2- El Hueco, Traslasierra
El Hueco es un bosque de tabaquillos que se encuentra dentro de la Quebrada de Los Molles, en el Valle de Traslasierra. Allí hay espinillos, algarrobos y los tabaquillos más antiguos y grandes de toda la provincia. Cuentan con más 300 años y miden hasta 15 metros de altura.
Para llegar al bosque serrano es necesario conducir por la ruta 14, el punto de estacionamiento está en una cabaña de registro en la localidad de Los Molles, Traslasierra (entre Los Hornillos y Villa Las Rosas). Desde Córdoba a Los Molles hay 183 kilómetros.
De crecimiento lento, este árbol se encuentran peligro de extinción y solo puede verse en las Sierras Grandes, a 1800 msnm. “El árbol se adapta fácilmente a heladas, nieve ya condiciones adversas de la montaña, pero es vulnerable a las amenazas del hombre, como el pastoreo excesivo, los incendios y la tala”, indicó la guía local.

Si bien la llegada al lugar no es paran nada fácil, ya que consta de un sendero de ascenso en la localidad de Los Molles, el cual tiene 12 kilómetros de alta dificultad (de 4 a 6 horas de ascenso), sin dudas vale la pena hacer el esfuerzo. El frondoso bosque está protegido bajo la jurisdicción de la Reserva Provincial del Hueco, por lo que no se permite acampar allí.
“El bosque de los Tabaquillos parece el escenario de El Señor de los Anillos y los arroyos que brotan de la montaña hacen de este lugar un sitio verdaderamente mágico”, describió Gamboa.

3 – San Miguel de los Ríos
San Miguel de los Ríos se encuentra a ocho kilómetros de la ciudad de Yacanto de Calamuchita. En el camino arbolado de orilla a orilla de la ruta se pueden ver las ruinas que pertenecieron a la Estancia Jesuítica San Ignacio de los Ejércitos. A tan solo algunos pasos, el río Tabaquillo sorprende a los turistas con sus aguas templadas y cristalinas. Además, allí puede disfrutarse del río Santa Rosa.
Trekking, cabalgatas, pesca deportiva de truchas y ascenso al cerro Champaquí, son solo algunas de las actividades que ofrece San Miguel de los Ríos.

Otro de los paseos muy interesantes del lugar es visitar la viña Juana Urbana, que se encuentra en el camino que une Yacanto con San Miguel de los Ríos, justo en frente de una vista privilegiada de las sierras y la depresión. El viñedo, realizado en altura, es de producción artesanal familiar. Tiene dos hectáreas con cepas malbec, petit verdot y cabernet franc. Además de eso, se realizan visitas guiadas a pequeñas construcciones de adobe que quedaron en sus tierras, vestigios de la Estancia Jesuítica San Ignacio.
San Miguel de los Ríos se encuentra a 130 kilómetros de la Ciudad de Córdoba y se accede por la ruta provincial 5 hasta Santa Rosa de Calamuchita. Luego se toma la ruta provincial 228, que pasa por Yacanto y llega hasta San Miguel.

4 – Los volcanes de Pocho
Los conos bajos de antiguos volcanes se amalgaman con las palmeras nativas de Córdoba. Este paisaje se puede encontrar al noroeste de la provincia, cerca de Taninga y Salsacate.
Entre los volcanes están el Ciénega, de 1.300 metros de altura; el cerro Poca, de 1600 metros, que se encuentra oculto entre los llamados «Cerros Azules«; y el Yerba Buena, que tiene 1.760 metros y es el punto más alto de las Sierras de Pocho
5- Río Yuspe: una aventura sin fin
El Yuspe es un río increíble y poco conocido que nace en la región norte de la Pampa de Achala, en el Macizo Los Gigantes. Es uno de los principales afluentes del Río Cosquín y desemboca en el Lago San Roque.

Según la periodista, “un recorrido por sus márgenes lleva a rincones increíbles, donde se encuentran curiosidades como ‘El Santuario’, que un gran parecido con los cenotes tiene mexicanos«. La autora de la guía indicó se trata de un pozo de agua rodeado de piedras enormes con paredes cubiertas de vegetación.
Para llegar a este hoyo se recomienda hacerlo con una guía, ya que hay que recorrer un camino de casi 6 kilómetros río abajo, donde se puede disfrutar de cascadas y trechos encajonados del Yuspe.