«Nunca me había pasado esto. Cuatro años que vivo ahí, todos los días hago el mismo trabajo, el mismo horario, esta vez no sé qué pasó que de una desapareció», señaló Flores.Lian mide casi un metro, tiene el pelo y los ojos oscuros y es de tez trigueña. Las autoridades comenzaron a buscarlo durante el fin de semana después de que su familia reportara su desaparición.
De acuerdo con el relato de Flores, él se quedó dormido poco después del mediodía, mientras hacía un alto en su trabajo en el horno de ladrillos. Cuando se despertó volvió a abocarse a su labor y fue recién cuando volvió a su casa para comer fruta que se percató de la falta del nene de tres años al que describió como «un niño tranquilo, el más tranquilo de la familia, inteligente», que «habla, camina y juega».
«Yo pido que aparezca por favor. No se si será alguna venganza o que se yo pero que aparezca mi niño«, expresó el hombre en horas en que la fiscalía de Bell Ville ordenó rastrillajes en la zona del paraje donde vive la familia.
Por de pronto Flores le dio posibles pistas a la justicia y a los medios de Córdoba: «Había una chata que había entrado al lugar. Ese pienso más sospechoso. Yo lo conozco a mi hijo bien, no puede ir unos 200 o 100 metros más lejos con semejante calor», señaló.