Contra todo tipo de manifestantes opositores al Gobierno, las fuerzas policiales comandadas por Patricia Bullrich han sistematizado el uso y abuso del gas pimienta, que los efectivos utilizan indiscriminadamente, incluso para c egar a trabajadores de prensa, cronistas, fotógrafos o camarógrafos, que eventualmente puedan ser testigos de la represión.
Como se ha visto en repetidas manifestaciones, los efectivos policiales de la Federal y la Ciudad no ahorran ese gas contenido en recipientes con forma de extintor de 450 mililitros, que sirven para irritar y paralizar incluso a niños y jubilados.
Decenas, cientos o miles de esos poderosos gases son usados cada vez que la policía entra en acción en las calles porteñas, lo que implica un enorme gasto para las arcas públicas, ya que no son baratos.
Por cierto, el precio de mercado de cada una de estas “armas no letales” oscila entre los $207.000 y $288.000, según el proveedor; esto es el equivalente en promedio a una jubilación mínima, que cobra la inmensa mayoría de los trabajadores pasivos en la Argentina; muchos de los cuales son gaseados por reclamar aumentos en sus haberes.
Todo o casi todo, al menos en lo que respecta al reclamo de jubilados y pensionados, se podría solucionar aumentando esos haberes en lugar de gastar el mismo dinero en este dispositivo; sin embargo, en el Gobierno Nacional prefieren lo contrario: no se descarta que Patricia Bullrich le cobre a cada gaseado el uso del gas… Ajuste sin fin, que le dicen.