Estrés oxidativo y ejercicio físico: lo que necesitas saber

¿Por qué se produce el estrés oxidativo? ¿Qué es? ¿Cómo se combate? Enterate todo acá.

estrés oxidativo

El estrés oxidativo está relacionado tanto con el envejecimiento como con múltiples enfermedades. Si bien se necesitan estudios más en profundidad sobre la acción de los radicales libres, sí se sabe que están implicados en determinadas fases o secuencias bioquímicas de dichas enfermedades.

Pero, ¿por qué se produce exactamente el estrés oxidativo? ¿Qué consecuencias tiene? ¿Cómo se puede tratar? Repasamos con detalle todo lo que implica este proceso y algunos consejos para prevenirlo.

Qué es estrés oxidativo

Como explica el Servicio de Medicina Interna del Hospital de Navarra, la oxidación es un proceso bioquímico asociado a los de obtención de energía. Durante estos últimos, se produce una pérdida de electrones que va acompañado de una reducción.

La oxidación es un proceso natural que se da en la naturaleza. Por eso las grasas se vuelven rancias, tu bañador favorito acaba con el tejido elástico inservible y a un libro viejo se le vuelven las páginas amarillas. Y la ciencia se ha preocupado por saber cómo reducirlo.

Así pues, durante la actividad metabólica que las células desempeñan en los procesos biológicos se liberan radicales libres. Estos dañan las macromoléculas y alteran los procesos celulares, de manera que un exceso de ellos rompe el equilibrio y produce el estrés oxidativo.

¿Qué produce?

Hay procesos patológicos que se atribuyen al ataque de los radicales libres. O, al menos, estos están implicados en algunos de sus fases. Los repasamos siguiendo el ya mencionado artículo del Servicio de Medicina Interna del Hospital de Navarra:

  • Cáncer.
  • Catarata senil.
  • Insuficiencia renal aguda, crónica y diálisis.
  • Diabetes mellitus.
  • Hipertensión arterial.
  • Cirrosis, insuficiencia hepatáica y hepatopatía alcohólica.
  • Otros procesos: distrofia muscular, artitris, inflamación, colitis ulcerosa, demencia senil, Alzheimer, etc.

Estrés oxidativo: cómo combatirlo y prevenirlo

En algunos de los procesos patológicos mencionados, no hay mucha información sobre el efecto real de los radicales libres. Es decir, está claro que como mínimo estarían implicados en determinadas secuencias bioquímicas, pero se necesita más información para conocer el potencial real. Veamos ahora qué se sabe sobre la prevención y cómo combatirlo.

Estrés oxidativo y ejercicio físico

En cuanto a la relación entre estrés oxidativo y ejercicio físico, debemos tener en cuenta la acción de los radicales libres. Se trata de compuestos altamente reactivos que resultan de la actividad metabólica de las células, y tanto en el ejercicio físico aeróbico como anaeróbico se produce un incremento en su producción.

Así lo explica un artículo publicado en la Revista Andaluza de Medicina del Deporte. El ejercicio físico induce al estrés metabólico y mecánico en un grado variable, lo que puede provocar desequilibrios.

A lo que tiene lugar en el cuerpo se suman los factores extrínsecos de riesgo, desde la dieta a la temperatura, el grado de hidratación o el nivel de entrenamiento.

Se ha demostrado que el estrés oxidativo está vinculado a la fatiga muscular, determina la capacidad de recuperación tras el ejercicio y afecta al rendimiento deportivo.

Sin embargo, cada vez son más las evidencias que apuntan a que, en relación al estrés oxidativo y sus consecuencias, el deporte beneficia. Ello se debe a los fenómenos adaptativos del sistema inmunológico y a la defensa antioxidante del deportista. Lleva a una citoprotección mayor y a la resistencia biológica del organismo.

Como explica Antoni Sureda, del Grupo en Nutrición y Estrés Oxidativo y CIBEROBN de la Universidad de Baleares, no hay que perder de vista que el ejercicio físico conlleva numerosos beneficios para nuestra salud. A pesar de que también genera especies reactivas que podrían alterar las macromoléculas y generar estrés oxidativo.

Y es que la práctica del ejercicio físico genera un aumento del consumo de oxígeno que puede ser hasta de 10 veces superior al habitual. Eso también aumenta la tasa de producción de radicales libres, pero la presencia continuada de estos estímulos oxidantes también favorece la adaptación del cuerpo al estrés oxidativo.

Tratamiento: suplementación ortomolecular

Como explica la clínica Itramed, la medicina ortomolecular persigue el objetivo de mantener la salud mediante los suplementos nutricionales. Ello permitirá corregir desequilibrios o deficiencias bioquímicas con vitaminas, minerales, aminoácidos, ácidos grasos u oligoelementos.

Alguien que lee sobre los efectos del estrés oxidativo puede sentirse en la tentación de comprar suplementos. Por ejemplo, cápsulas de vitamina C que se venda a un precio asequible.

Sin embargo, los suplementos antioxidantes tienen contraindicaciones. No recurras a ellos si no es bajo recomendación médica y en el marco de un tratamiento bien diseñado tras un diagnóstico.

Alimentación

Elegir una materia prima de calidad, así como optar por preparados saludables que conserven todas sus propiedades, siempre será un acierto. Son nuestros mejores aliados, así que cabe preguntarse qué alimentos son antioxidantes.

Algunos ejemplos: el brócoli, los arándanos, la zanahoria, el tomate, el cacao puro, los pimientos o las almendras. En cuanto a bebidas, el té verde y el vino tinto consumido con moderación también sirven. Sumamos los aceites vegetales, como el de oliva, y siempre puedes preparar zumos y jugos naturales que combinen varias frutas y vegetales.

En general, el consumo alto de frutas y verduras se relaciona con un mejor estado de salud. Sus beneficios van más allá de los efectos antioxidantes.

 

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