Seguro que muchos de ustedes ante esta rara pregunta, os hacéis algunas pensando que es una tontería, que el vampirismo y los vampiros nunca han existido y que solo son leyendas de una determinada época.
También podéis pensar que eso de chupar sangre es algo fantasioso, sin embargo, existen pruebas de vampirismo causadas por una enfermedad de tipo metabólico, llamada “porfiria”, así que nada de lo que podáis ver, oír o leer sobre este tema os debiera sorprender.
Pero la lectura de este artículo no tiene nada que ver con aquéllos vampiros de leyenda que chupaban sangre para alimentarse, huían de los crucifijos, y el ajo les hacía vomitar. Se trata de un vampirismo que pasa desapercibido entre nosotros y que existe como:
Vampirismo emocional.
Vampirismo energético.
Vampirismo sexual.
Sobre estas tres clases de vampirismo será esta amena lectura que dividiré en estos tres artículos, debido a la gran información útil que os puede interesar, pero antes de entrar en las tres clases de vampirismo antes enunciadas, debemos saber.
¿Qué es el vampirismo en realidad?
Aunque el vampirismo se asocia con los mitos y leyendas, hay personas que beben sangre humana de forma regular. Lo hacen debido a creencias sin fundamento, o bien porque tienen un trastorno mental o una parafilia.
Contrario a lo que muchos piensan, el vampirismo no solo existe en los relatos de ficción o en las películas de terror. Los individuos que beben sangre humana existen. Sienten una especial atracción hacia ese líquido rojo y algunos piensan que no podrían vivir o estar saludables sin esta adicción.
- El vampirismo es una práctica que está presente en la mitología de muchas culturas en el mundo. Se volvió más popular hace un par de siglos cuando la literatura convirtió la figura del vampiro en un ser malévolo y enigmático.
Hoy en día se sabe que, en efecto, hay personas convencidas de que beber sangre les aporta energía vital e, incluso, les concede la vida eterna. Los científicos piensan que el vampirismo es una práctica que habla de enfermedad mental y que muchas veces está asociado a la sexualidad.
Causas del vampirismo
¿Por qué alguien llega a creer que debe beber o comer sangre para alcanzar el bienestar? Ese interrogante ha desvelado a psiquiatras y psicólogos desde hace muchos años. Todo indica que el vampirismo puede tener varias causas.
- Una posible causa que hay en los vampiros es una práctica fetichista. Esto es, una sobrevaloración, en este caso de la sangre, que lleva a que los afectos y los deseos se concentren en ese objeto y provoquen, en muchas ocasiones, placer sexual.
- Se cree también que se trata de una conducta asociada al sadismo. En este comportamiento está implícito el deseo de herir o agredir a los demás. Al morderlos y causarles sufrimiento se experimenta satisfacción.
- Esta conducta también puede plantearse como una variante de la necrofilia, o atracción sexual hacia los cadáveres. Lo más habitual es que los vampiros beban sangre no para «alcanzar la vida eterna», sino para causarle sufrimiento a otros.
- Estas condiciones anteriores expuestas pueden determinarse como “Vampirismo sexual”, antes enunciado ya que las prácticas que se realizan se corresponden con la sexualidad en una u otra forma, y además se podría decir que dentro de este tipo de vampirismo queda incluido el vampirismo energético y emocional.
¿Es posible que beber sangre ayude a tratar otros trastornos?
Desde el punto de vista médico, no existe ninguna buena razón para beber sangre. A diferencia de los murciélagos vampiros, el ser humano no cuenta con la estructura biológica para convertir la sangre en un nutriente útil. De hecho, existe el riesgo de que haya vómitos y se dañe el estómago.
- Como se sabe, hay algunas condiciones médicas en las que la transfusión de sangre es necesaria o recomendable. Sin embargo, esto se lleva a cabo por vía intravenosa y no bebiendo directamente el líquido. Por lo tanto, el procesamiento en el cuerpo es diferente.
- Se tienen conocimientos reales de que en tiempos pasados había personas que seguían la práctica del vampirismo para tratar una rara enfermedad con excesiva sensibilidad a los rayos solares.
A este tipo de personas se les trata también mediante trasfusiones sanguíneas, lo cual ayuda a reducir sus síntomas. Por lo tanto, es posible que en el pasado estos enfermos hayan bebido sangre, al tiempo que se ocultaban del sol, como un tratamiento para su trastorno.
¿Tiene algún riesgo beber nuestra propia sangre o la de otros animales?
El vampirismo es una práctica inútil y, además, riesgosa. La sangre es un vehículo para la transmisión de una gran cantidad de enfermedades. Así que, en primer lugar, quien bebiera sangre debería asegurarse de que está tomando este fluido de una persona sana.
Suponiendo que alguien bebe sangre humana saludable, de todos modos, el riesgo no termina allí. Este líquido es muy rico en hierro y el organismo tiene ciertas dificultades para deshacerse de ese elemento. Así que, si se toma algo más de dos cucharadas, puede haber problemas.
- El riesgo es que el cuerpo no pueda deshacerse del hierro en exceso. Cuando esto ocurre, existe la posibilidad de que se desarrolle una enfermedad conocida como hemocromatosis.
- En cuanto a la sangre de los animales, hay algunas diferencias. Esta tiene un alto valor nutritivo para los seres humanos y consumirla en las cantidades adecuadas, y con la higiene adecuada, puede ser provechoso. Si se presentan excesos o la sangre está contaminada, hay el riesgo de infección y también de hemocromatosis.
Vampirismo, una práctica con fluida polémica
El vampirismo es una práctica que tiene implicaciones médicas, psicológicas y también legales. Beber sangre humana no es algo que deba abordarse a la ligera. Hacerlo contra la voluntad de otra persona es ilegal y, además, constituye un abuso físico y emocional.
- Dicho esto, también hay que tomar en consideración el compromiso higiénico de esta práctica. La sangre que se beba puede transmitir patógenos. Si hay algún tipo de herida o laceración en la boca, los microorganismos pueden entrar al cuerpo por allí.
- En ocasiones tenemos la costumbre de lamer alguna herida sangrante porque se supone que, al hacerlo, nuestra propia saliva puede cortar la sangre que surge de ella.
Si pese a los riesgos y a la ausencia de beneficios se mantiene el vampirismo, lo más indicado es informar a nuestro médico acerca de esta práctica.