Danielo tenía 39 años y vivía en el mismo distrito donde ocurrió el femicidio. Hasta el día anterior al crimen de Heredia, había prestado servicio en la Comuna 2B de la Policía porteña. Aunque ya tenía un amplio historial en las fuerzas de seguridad, debido a que había integrado las filas de la Policía Federal antes de pedir el cambio de jurisdicción.
En sus redes sociales mostraba su afición por las motos. De hecho, tenía una como foto de portada en su perfil de Facebook. También aparecía en imágenes junto a amigos y a una mujer, la misma que hoy está a salvo y fue su rehén durante varios minutos. Juntos tuvieron al menos un hijo.
La relación con su ex había terminado mal. El lunes, ella lo denunció por violencia y pidió una medida de protección. El juzgado interviniente autorizó una perimetral y este martes a la mañana se la notificaron a Danielo.
La Justicia lo investigaba por homicidio agravado y resistencia a la autoridad, cargos que ya no llegarán a juicio por su decisión final de evadir las consecuencias del crimen.
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Pese a contar con una orden de restricción, Gabriel Fernando Danielo llegó el martes al gimnasio donde trabaja su ex pareja, ubicada en la esquina de Sáenz Peña y Centenario. Ella intentó evitar el encuentro, pero él insistió. La situación escaló cuando apareció Marcela Heredia, la nueva novia de la mujer.
El policía sacó su arma reglamentaria y le disparó, causándole la muerte en la vereda. Posteriormente, se atrincheró en el gimnasio con su ex, a quien amenazó con el arma y mantuvo como rehén.
Las fuerzas policiales montaron un operativo con el Grupo Halcón y otras unidades especiales. Tras horas de negociación, liberó a la rehén. Marcela Heredia, de 46 años, había trabajado tanto en empresas de seguridad privada como en una cadena de supermercados.
Tras su asesinato, la Justicia busca determinar si mantenía algún tipo de relación anterior con Danielo o si el ataque fue impulsado únicamente por su vínculo sentimental con la ex del agresor.
