El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció desde Brasil un nuevo mecanismo para financiar importaciones para la industria.
Lo hizo tras reunirse con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, con quien también conversaron sobre la invitación a Argentina a sumarse a los BRICS. El acuerdo con Brasil surge en un contexto de fuerte presión del Fondo Monetario Internacional (FMI) por contraer las importaciones en un 30% para que mejore el balance comercial y que haya acumulación de reservas. El Gobierno insistirá en “sostener la actividad económica”.
El Gobierno repite que el objetivo es “sostener la actividad”. Si no se considerara la agricultura, el sector más perjudicado de la economía producto de la histórica sequía, la actividad económica hubiera crecido 0,9% durante el primer semestre de 2023. Así se desprende de uno de los últimos informes de Nadin Argañaraz, presidente del Instituto de Análisis Fiscal (Iaraf).
Presión del FMI
De hecho, en el staff report del FMI publicado el viernes, el Fondo asegura que “a pesar de la histórica sequía, la actividad no agrícola se mantuvo durante la primera parte del año, respaldada por una sólida demanda interna”. Pero agrega que eso se dio “a expensas de los desequilibrios internos y externos, como lo demuestran las presiones inflacionarias y las fuertes caídas en las reservas, a niveles históricamente bajos”.
Hacia adelante, el FMI reclama por un derrumbe de las importaciones del 30%, y alerta por el crecimiento “sin precedente” del financiamiento de las compras al exterior, que estima en al menos u$s10.000 millones. “Ahora se requerirán grandes esfuerzos para racionalizar las importaciones y asegurar una reducción gradual del financiamiento a niveles normales. Se espera que la realineación cambiaria, las medidas tributarias temporales y el endurecimiento de las medidas administrativas respalden esta comprensión”, dice el documento, que se refiere así al impuesto PAIS a las importaciones y al sistema SIRA.
Así, el FMI recomienda una “reducción del 30% en el volumen de las importaciones acumuladas durante el resto de 2023, en relación a julio”, y una reducción del 50% del financiamiento comercial para fines de 2024. “El pago de esta deuda de importaciones representará un lastre para la acumulación de reservas en el corto plazo, así como un riesgo si no se gestiona adecuadamente”, agrega el informe del FMI. De esta manera, estiman que se pueda achicar la balanza comercial de un déficit de u$s6.500 millones en el primer semestre, a uno de u$s1.500 millones para fines de 2023.