En mayo de este año el Banco Central lanzó el billete de más alta denominación del país pero, hasta el momento, pocos cajeros lo aceptan.
Billete de $2.000: un problema de los bancos
Esto se debe, según estiman en el Central, a que “puede haber algún cajero automático de alguna entidad que aún no se actualizó”, pero aseguran que se trata de casos puntuales, no de algo general.
Lo cierto es que llama la atención el hecho de que los bancos, que permanentemente piden billetes de mayor denominación, e incluso se quejan de que el nuevo quedó chico y reclaman los de $5.000 y hasta $10.000, estén demorando más de cuatro meses en actualizar la calibración de sus cajeros para que puedan procesar el de $2.000.
«Cuando hay un billete nuevo, hay que mandarlo al exterior, hacer la actualización del software, te lo envían y tenemos que cargarlo en todos los cajeros, sobre todo aquellos bancos que tenemos terminales más modernas», explica una fuente. Según sus cálculos, toma de tres a cuatro meses.
Otra voz del sector bancario confirma que «no es un proceso fácil el de adaptación de terminales» y señala, por otro lado, que no hay tampoco muchos billetes de $2.000 en circulación.
En Argentina, hay en circulación, al día de hoy, unos 8.549 millones de billetes, de los cuales 3.997 millones son de $1.000, 117,4 millones valen $2.000, 1.309 millones son de $500, 430 millones son de $200 y 1.579, de $100. Y es que