La longaniza fresca es un embutido muy consumido y, aunque se suele comer a la plancha o la brasa, lo cierto es que también está buenísima al horno, un método de cocción que nos permite, además, prepararlo junto a su guarnición.
Lo ideal es hacerla con patatas, cebolla, pimiento y ajo -que se me olvidó meter cuando grabamos el vídeo-, pero se puede prescindir de cualquiera de estas verduras o añadir otras.
Se puede seguir la misma receta con salchichas frescas aunque, en este caso, lo mejor es dejar 20 minutos la verdura sin introducir las salchichas, y meter estas en los últimos 15 o 20 minutos de cocción, pues se hacen más rápido.
Mientras calentamos el horno a 180º C vamos a cortar las verduras. Las patatas peladas y en láminas muy finas (que podemos hacer, si queremos, con ayuda de una mandolina). Los pimientos y la cebolla en juliana. Los ajos van enteros sin pelar.
En una bandeja para el horno echamos un chorro de aceite y disponemos las verduras. Primero las patatas, en una sola capa, y después la cebolla, el pimiento y los ajos. Salpimentamos. Ponemos encima la longaniza y regamos todo con el vaso de vino. Cuando el horno esté caliente metemos la bandeja y cocinamos entre 30 y 40 minutos, dando la vuelta a la longaniza a mitad de la cocción.
Si pasados 40 minutos la verdura aún no está a nuestro gusto (esto dependerá, además, del tipo de patatas que hayamos escogido), podemos retirar la longaniza que ya estará hecha y cocinar más la verdura.